Es fácil quedarse de brazos cruzados, esperar que todo pase, que los problemas se solucionen solos. Lo difícil es salir a la vida, tener convicciones y defenderlas con uñas y dientes, enfrentar lo que te parece injusto y no darle importancia a la gente que solamente te quiere hacer mal. Cuesta pensar que podes cumplir tus sueños cuando el mundo en el que vivís te dice que no, cuesta ser feliz cuando no te aceptan como realmente sos. Pero de eso se trata la vida, de las decisiones que tomamos frente a cada obstáculo. No importa si lo saltas, si pasas por el costado o por abajo, mientras lo esquives. Pero no dejes que te frenen, no te des por vencido cuando no podes seguir derecho, cuando el camino se complica. Esos son los momentos que nos dividen entre valientes y cobardes, porque ser valiente no es no tener miedo, todos tenemos miedo. Una persona valiente es esa que aunque tenga miedo sigue adelante, lucha por lo que quiere y aunque no lo consiga, puede estar orgullosa, porque hizo lo mejor que pudo.